Webflow, WordPress o código: elegir la mejor ruta
- Aster Studio
- 20 ago
- 2 Min. de lectura
Cuando se trata de construir un sitio web, la primera pregunta es inevitable: ¿usar una plataforma como Webflow, apostar por WordPress o lanzarse al código puro? La decisión marcará no solo el desarrollo, sino también la escalabilidad, mantenimiento y experiencia final del usuario.

Webflow: diseño con libertad visual
Webflow se ha convertido en el favorito de diseñadores que buscan control visual sin programar. Su interfaz de arrastrar y soltar permite crear sitios atractivos y responsivos con gran detalle. Además, ofrece animaciones avanzadas y CMS integrado. Ideal para proyectos que requieren estética cuidada y rapidez de entrega. La desventaja: puede ser costoso y menos flexible frente a desarrollos complejos.
WordPress: el gigante versátil
WordPress sigue siendo el CMS más popular del mundo por una razón: su flexibilidad. Con miles de plugins y plantillas, permite crear desde blogs sencillos hasta tiendas en línea robustas. Su ventaja está en la comunidad y la escalabilidad, pero su talón de Aquiles es la dependencia de plugins externos y la necesidad de optimización constante para no sacrificar velocidad y seguridad.
Código: libertad total (con responsabilidad)
Desarrollar con código puro —HTML, CSS, JavaScript o frameworks como React y Next.js— ofrece libertad absoluta. Es la opción perfecta para proyectos personalizados, con integraciones complejas o alto rendimiento. Sin embargo, requiere más tiempo, conocimientos técnicos avanzados y un equipo capaz de mantener y escalar el proyecto en el largo plazo.
¿Cómo elegir la mejor ruta?
Si eres diseñador: Webflow es tu aliado por su potencia visual y facilidad de uso.
Si buscas versatilidad y rapidez: WordPress es el camino con mayor soporte y opciones.
Si necesitas personalización total: el código es la mejor elección, aunque exige inversión en tiempo y equipo.
Conclusión
No existe una única respuesta: la elección depende de tus objetivos, recursos y visión a futuro. Lo importante es entender que cada ruta tiene ventajas y limitaciones. La mejor decisión es aquella que equilibra creatividad, escalabilidad y funcionalidad con las necesidades reales de tu proyecto digital.








